sábado, 21 de julio de 2012

“Santiago Apostol se tira a la Virgen del Pilar"


Se anuncia por Facebook concierto de Will Spector y Los Fatus, junto a Novedades Carminha en La Bóveda. En principio se me hace rara la ubicación, pero movido por la curiosidad (¿habrán puesto un buen equipo por fin los de La Bóveda?) y las expectativas de asistir como siempre a un conciertazo de los Fatus me decido a acercarme al Albergue de Zaragoza, en la calle Predicadores, en pleno corazón del Gancho.
Llegamos pronto (la Chenille y yo) y la prueba de sonido despeja las dudas. No, el equipo sigue sonando fatal, insuficiente para una sala tan grande y con tantas posibilidades como La Bóveda. Como de costumbre, los propios músicos tienen que hacer de técnicos de sus propios bolos.
Para mi sorpresa me encuentro ya en la sala a parte de la fauna autóctona de La Lata de Bombillas, que ha decidido esta vez salir de caza a otros ecosistemas distintos al suyo habitual. Veo a algunos garageros de pro e incluso a Rubén Grande Rock, que ha decidido levantar la vista de sus libros de historia para acercarse a un concierto. Bien, la noche pinta bien.
Pido cervecita y me apalanco a una distancia prudencial del escenario, en primera fila pero intentando no parecer un fan de pueblo, de esos que se quedan embobados y como magnetizados por el grupo. Que se me vea, coño, pero sin llamar la atención.
Empiezan Los Fatus, arrolladores y sudorosos, y a pesar de que no se oye la voz (el equipo insuficiente otra vez), su actitud delata que pueden con todo y que no van a defraudar. Por suerte cuentan con unos cuantos estribillos coreables a los que agarrarse de vez en cuando. Por cierto, Los Fatus lucen bigote y entrecejo de pega, un exquisito atuendo bien elegido que realza su apariencia.
Tras un par de temas tiene lugar una exhibición pectoral de Guillermo, que decide quitarse la camisa ante la mirada lujuriosa del respetable, que se contiene ante el irresistible deseo de devorar sexualmente al lider. Los guitarrazos de Charly remueven el techo de la bóveda literalmente, de donde se desprenden pequeños fragmentos de piedrecilla pulverizada que me caen en toda la coronilla. A mi amigo Puche, que está a mi izquierda, le cae uno justo dentro de la copa de cerveza. Nos desplazamos unos grados a la derecha para ponernos a cubierto.
Los Fatus piden voluntario para sustituir a su genial panderetista, que esta vez está enfermo en la habitación del Albergue acusado de un corte de digestión por aire acondicionado (es absolutamente cierto, me lo aseguró él mismo más tarde). El cantante de Gran Sol, en su incombustible baile, acepta la oferta y se sube al escenario, con más entusiasmo que precisión rítmica.
A Novedades Carminha no les tenía cogido el punto, pensaba que eran otra modernez surgida al amparo de la etiqueta Galicia Bizarra, pero desde luego dieron otro conciertazo tremendo con trallazos de apenas tres minutos que hasta el público de Zaragoza, tan soso y poco bailón, no tuvo más remedio que bailar, aunque sólo fuese por educación y respeto al entregado combo gallego.
De sus bocas se escapaban barbaridades jugosas que soltaban a un trepidante e imparable ritmo, en un formato trío que sonaba engrasadísimo y arrollador. Dentro de un repertorio tan efectivo como monolítico, se agradeció que viraran ligeramente con algún tema de corte surfero como Pesetas, todo un hit con aroma clásico. Las lindezas con que presentaban los temas tampoco tenían desperdicio. Además de la que da título a esta reseña, el cantante y guitarra, ataviado con gorra de capitán jubilado y minúsculo bigote (este sí de verdad, no como el de los Fatus) soltó unas cuantas perlas más, con dedicación incluida a un chica a la que tildó de “moderna pero antigua”. El bajista, contorsionando la cabeza como un teleñeco, terminó rompiendo la tercera cuerda del bajo y tocando el resto del bolo con tres cuerdas.

Por Chico Raro

domingo, 4 de septiembre de 2011


Raro
por Mauro Albero


Sí raro, como una canción de In Materia, y por esos derroteros estamos caminando. ¿qué ocurre que la nueva fórmula que se está gestando en Zaragoza desde hace algunos años no está siguiendo los caminos habituales de la música Caesaraugustana?

Desde años atrás, en la zona de Aragón las fórmulas a seguir eran las siguientes: O elegías el camino rock “de autor” de Bunbury and friends, el carro en el que en algún momento se subió Amaral, haciéndole unos coritos en una de las canciones de “Pequeño”, que le sirvió para conocer su nombre y llegar a donde ha llegado; o elegías el camino “indie”, haciéndote amigo, en este caso de nuestro Sergio Algora, dando lugar a un montón de grupos como “El Niño Gusano”, “Muy Poca Gente” o “La Costa Brava” y otros posteriores como “Tachenko”, Bigott y otros tantos no sólo en Aragón, sino en toda península Ibérica.

Todo tiene su momento, sí, sí que es bonito recordarlos, y escucharlos, y rememorar momentos musicales que tuvieron. El problema es que muchos aún quieren mantenerse tras esto, reiterando lo ya hecho. Aspectos como este aún los seguimos viendo en los concursos zaragozanos, y cuesta ver a algún grupo diferente entre sus elecciones. Pero en el ambiente se notan otras inquietudes.

Hay muchas ramas con ganas de reaparecer de las cenizas de otras décadas, vease grupos de corte ochenteno, con ganas de llamar la atención (El Gol de Nayim, no miro a nadie, o Slogan y Chico Raro), otros con afán de hacer reaparecer el punk u otros empujando la música de los 60 y 70, como son los Faith Keepers y su energía en directo. Pero lo que voy a decir no va por ahí.

Post rock, ¿qué narices es el Post Rock?. “Después del Rock”. Muchos lo definen como el coger los utensilios propios del rock y usarlos de otra forma, vamos, como coger los cartones que sobran del royo de papel Higiénico, pegarlos y hacerte unos prismáticos. ¿Dónde empieza y dónde acaba el Post Rock? ¿Se le debe llamar así o de otra forma?. Yo no sé responder a esas preguntas, de hecho no creo en las etiquetas, cada grupo es como es, y gustará a quien tenga que gustar. Pero sí que es cierto que habita y cada día está más presente en Zaragoza un germen musical, que trata de hacer algo diferente, de BUSCAR, la cosa es NO estancarse.

Aunque diferentes entre sí, estos conjuntos de personas luchan por un objetivo común, ser distintos y huir de la comercialidad al uso. De hecho en entrevistas a estos grupos, y conociéndolos personalmente denotas con facilidad este sentimiento, siendo para ellos incluso un halago, lo divertido de la incomprensión, de ser el Raro, el distinto.
Por desgracia no conozco a todos los grupos que hay en Aragón y seguro que me dejo a alguno que entraría en este saco, de “grupos que quieren salirse de la regla”. En los “dosmiles” comenzaron esta clase de grupos, buscando sonoridades diferentes, afectando también a lo visual como es la disposición en el escenario, por ejemplo de Kyoto, que ya en 2006 se les vislumbraba este sentimiento, y que hoy día han acentuado mucho más, debido también, supongo, a la retroalimentación que estos grupos están teniendo entre sí. En 2007 apareció The Fractal Sound, dejando la voz como un instrumento más y dando mucha mayor importancia al resto de instrumentos, combinados entre sí en ocasiones con aportaciones electrónicas. Otro grupo que evitó por completo la voz fue el grupo turiasonense Armand Plissée, dejando al grupo instrumental y recordando a grupos de “Post Rock” americanos de la década de los 90. Tras estos, nacieron en tierras mañas Limnopolar e In Materia, los cuales suben al máximo la importancia instrumental, pero sin disminuir la vocal y creando así grandes momentos vocales e instrumentales. Si alguien conoce más de estos grupos, que me informe de ello, porque me encantaría conocerlos.

El objetivo de estos grupos bajo mi opinión, es la de aportar al oyente otras formas de conexión con la música, una aportación romántica (romántica de Romanticismo como época, no romántica como una canción de Sergio Dalma).
A la música le costó muchos siglos abrirse un hueco como arte en sí, y ello fue conseguido en gran parte porque por sí misma podía conseguir expresar sentimientos, sentimientos abstractos que otro arte no era capaz de hacer, y una vez conseguido, muchos han decidido ir a lo fácil, escuchar música sin otro afán que el lúdico, y esperar a que la sociedad de la información se la dé masticada, y no tenga que indagar ni pensar. Desde aquí invito a que busquéis en la música su lenguaje interno, y amoldéis los mensajes abstractos que ella os propone a vuestros problemas o vuestras alegrías internas, y la música forme parte de vosotros mismos.

Otra explicación que se me ocurre de la emergente creación de grupos de este corte, es el echo de que, tocar y saber llegar a dominar esta música, consigue que el ejecutante flote en ella y sobre todo lo demás, problemas, etc. Por eso es bastante común, que esta clase de grupos resulten más comedidos en grabaciones y especialmente improvisadores y crecidos emocionalmente en el directo, dando lugar a versiones únicas que es preciso vivir en ese momento, y jamás volverán a ser iguales.

¿Acabará siendo este un estilo estandarizado en esta región española? O ¿simplemente otra moda más que pasados los años no será recordada?. Pienso, o quiero creer que esta forma de entender la música ha venido para quedarse, pero no de una forma predominante, será algo que estará ahí, porque no se mantiene atada a parámetros de tiempo, no encaja en ningún momento temporal, por tanto, no creo que pase de moda. De hecho, sólo observando grupos extranjeros que comenzaron estas corrientes en los años 90, si se escuchan no son fácilmente ubicables en un momento, no suenan “pasados”, por un lado va la corriente músico-comercial, y en otro camino, está esta
música.

El que quiera profundizar y escuchar más grupos de “Post-Rock”, puede seguir leyendo.

¿En el resto del mundo y en otros zonas españolas encontramos grupos así? Es obvio que sí, de hecho España en las últimas décadas o siglos, no se caracteriza por ser la primera en algo, aunque claro, hay excepciones, y dentro de España, Zaragoza no es el Epicentro de la cultura precisamente (sólo hay que acercarse por conciertos y deprimirse por lo vacías que se encuentran las salas aun teniendo cartelazos que las respaldan). De grupos españoles que conozca, están los catalanes 12twelve o los extinguidos Naddora o grupos 100% instrumentales como los gallegos Un Lobo en la Jaula. Este tipo de música suele darse en zonas más norteñas, como es el caso de Canadá, cuna de un montón de grupos de corte postrockero, como es el ejemplo de A Silver Mt. Zion, los electrónicos Boards Of Canada, Do Make Say Think y sus dos baterías simultáneas o Gospeed you! Black Emperor.

Norteamérica ha sabido trabajar este estilo musical con ese toque americano característico que aporta sonoridades más contundentes y elegantes; grupos tales como The Battles, que además experimentan nuevas sonoridades; en la zona de Chicago encontramos a Russian Circles o los conocidísimos Tortoise,y su fusión Rock-Jazz; o como no, nombrar a Explosions in the Sky y sus compañeros, cercanos a su buen hacer como son los This Will Destroy You. También es en Norteamérica, concretamente en Arizona, donde encontramos a Friends of Dean Martinez,que como no, con ese nombre tan hispánico, fusionan un lado norteamericano con percusiones y armonías latinas.

No toda la calidad postrockística está en el norte de América, en países como México podemos encontrar a Porter y Zurdok, con un toque quizás un poco más pop, Sismo en Colombia, y Hacia dos Veranos en Argentina. Vayamos a Europa, que ahí es donde más grupos “diferentes se encuentran. ¿Quién no conoce a los islandeses Sigur Ros? Pues no son los únicos. En Islandia también encontramos a Múm, un grupazo de secciones instrumentales que ponen los pelos de punta. En el norte europeo también los hay, como los suecos (en Suecia hay más cosas además de Ikea y suecas rubias que veranean en Benidorm) Jeniferever. En las islas bañadas por el Atlántico y el Mar del Norte, encontramos interesantes propuestas como God is an Astronaut, irlandeses, que un día me mostró Cachi en la Estación del Silencio y me encantaron, los míticos Mogwai, venidos de Escocia, los Maybeshewill, con su toque muy “hardcore”, los londinenses Stereolab o los ingleses 65daysofstatic y Imitation Electric Piano, con aires a Tortoise, sobretodo en sus largas progresiones de menos a más.

En países del interior europeo tenemos a los suizos The Evpatoria Report, raros pero interesantes, y los alemanes Long Distance Calling, muy alemanes, contundentes y trasmitiendo sentimientos un poco negativos. Y sí, al igual que en España hay Post-rock, en otros países mediterráneos, como Francia, Grecia o Italia, también los hay. En Francia destacamos a Les Bolayeurs du Désert y a Monade, muy franceses, muy comedidos, con música suave y elegante. En Italia están los Port-Royal, del corte de Boards of Canada, música electrónica pura y dura. Y en Grecia Masseratti (como el coche), sin electrónica y con grandes momentos de volumen. Para finalizar, comentar que en Australia también he encontrado a Because of ghosts y que en Japón, como era de esperar, no se iban a quedar atrás, y encontramos una rama más rockera en Envy y otra más orquestal en Mono.

Ya veis, las conclusiones de todo esto son que en todo el mundo hay muchos grandes grupos que se esfuerzan por innovar cada día hacia sonoridades nunca trabajadas, que los grupos expuestos en este textos serán un 0.1% de lo que hay realmente, y que, no hace falta irse a Islandia para escuchar este tipo de música, coge cualquier revista cultural o musical zaragozana y busca, que algún concierto de este tipo encontrarás pronto. 

sábado, 16 de abril de 2011

Saludos “lupartianos”, aquí ando, dando inicio a lo que espero, sea una sección en la que los lectores que entren, puedan pasarlo bien, reirse, y por qué no, aprender cosas nuevas que se me pasan por la cabeza. No voy a pretender ejercer de hermano mayor desde aquí, o de típico jefe de la tribu que va de interesante y todo lo sabe; desde aquí simplemente enfocaré al que quiera, mi forma de ver la vida y entender, con un claro sentido subjetivo, como todos tenemos en el interior, aunque muchos pertenecientes al gremio, intenten
disimular para engañar a un tercero. Bueno, dicho esta intro, os dejo con la columna de hoy:


Una visión diferente de las demoscópicas.
por Mauro Albero

Abro los ojos, es viernes, un gran día, tiene pinta de serlo, se respira, lo noto. Es dieciocho de febrero de 2011, hoy es la demoscópica, parece que quedaban años hasta que llegase y aquí está. Al recordarlo, mi corazón comienza a funcionar como el de un niño de seis años el cinco de enero a las nueve de la noche. Tras la ducha matutina de rigor salgo a la calle, hoy es uno de esos días en los que te apetece saludar a todo el mundo y ser amigo de todo transeúnte que se cruce a tu lado. Así lo hago, entro a una copistería y hablo con la dependienta como si fuese mi hermana, voy a comprarme unos kikos a una tiendecilla de al lado de mi casa y mi amabilidad esta al 2oo%, esperando media hora con la puerta abierta para dejar pasar a todo el mundo. Encima el día es estupendo, no hace apenas frío para ser febrero. Ese día comemos todos los Fractales en un restaurante junto al local para después recoger todo y marchar para La Casa Del Loco. Al  legar al restaurante, te das cuenta de que no eres el único que por la mañana se ha sincronizado con la naturaleza y es como una margarita que nace en un prado del pirineo, rodeada de naturaleza y oxígeno de lo más limpio; ellos están igual que yo, eufóricos. Tanta es la alegría que, debido a las constantes carcajadas  mientras comemos, después a todo el grupo nos duele la tripa, pero es igual, dejamos de notarlo cuando entramos al local para recoger las cosas.
El trabajo de recogida de instrumentos antes de un concierto, es un trabajo pesado, pero se hace con gusto, porque preparas las cosas con ilusión, y más en este día, en el que no sentimos pereza alguna a la hora de organizarlo.
Llegamos a la Casa del Loco, Francho y Rupert ya están ahí, con ganas de grabarlo todo.
Empezamos a descargar. Limnopolar está como nosotros, se les nota la ilusión en sus caras. Es divertido porque grupos como Limnopolar o como nosotros, The Fractal Sound, tratamos de proyectar serenidad y calma, pero en el fondo estamos eufóricos, es lo contrario a lo que proyectaban Tachenko, que ya con
millones de tablas trataban de proyectar euforia y alegría, y en el fondo estaban muy serenos, tranquilos, sabiendo que para ellos, un concierto en La Casa del Loco, era uno más, y no EL CONCIERTO.
Por un problema de logística mental, me dejo el baquetero en el local y tengo que volver a por él. En circunstancias normales, el humor me hubiese cambiado, pero era la demoscópica, me dio igual, seguía igual de contento, aun después de darme un paseito extra.
No suelo ponerme nervioso en los conciertos, pero esta vez he de reconocer que conforme iba pasando el tiempo mi cuerpo iba adquiriendo la cualidad de la ingravidez, y notaba el famoso gusanillo en mi interior.
La prueba de sonido me parece escueta, aunque precisa, quizás perdiendo un
poco más de tiempo, se hubiesen evitado ciertos acoples, pero de todos modos sonó bien.
La cena en las Almau fue perfecta, ni mucho ni poco, lo justo para unas personas que sólo pensaban en lo que iban a hacer tras ella. Rafa Angulo, perfecto anfitrión, venía cada minuto a ver si todo estaba en orden, y comprobar si faltaba esto o aquello. De hecho un día le comenté que me gustaba la sidra natural, y cuatro botellas me esperaban en la mesa esa noche.
Ir acercándote a la Casa del Loco para tocar y ver que hay cola para entrar nos hizo mucha ilusión. Tardamos en entrar, había gente conocida por todas partes, y no podías pasar por delante como si nada, ellos habían hecho el esfuerzo de venir por ti.
Un concierto desde el escenario es diferente, la gente son cabecicas que no paran de mirar todo lo que estás haciendo, es una sensación increíble. Notaba el corazón a mil, veía al resto igual que yo, pasándolo como nunca. Todo era fantástico. ¿Lo más impactante para mí en el concierto? Siempre estamos acostumbrados a que amigos vengan a vernos y sean los principales artífices de gritos y aplausos, ese día no fue así, el barullo tras canción y canción era generalizado, y cuando comenzamos “Blood Drops” y alguien anónimo gritó “-
¡Uhhh! Blood Drops” y aplaudió levemente me llenó tanto que la toqué como nunca. Al finalizar el concierto, ese sentimiento se acrecentó siendo más gente anónima la que se acercaba a saludarnos. Esta nueva sensación para nosotros, era agridulce, dulce porque es precioso sentir el calor de la gente, pero agria
porque ya no estábamos encima del escenario, tanta preparación se había acabado, ya había pasado, yo quería más, pero ya pasó. Lo bueno que nos quedaba era disfrutar de Limnopolar, y de Tachenko.
De este concierto nos llevamos muchas cosas, la experiencia de tocar en un sitio con encanto como “La Casa del Loco”, el saber que para Rafa Angulo y Mondosonoro, hemos sido una de las dos mejores maquetas aragonesas del 2010, el ver que los amigos siempre nos van a apoyar y van a ir donde vayamos,
que gustamos más allá de lo conocido, y que hay esperanza también para grupos diferentes, como nosotros, The Fractal Sound o como Limnopolar.

De todo esto, me quedó con la frase de ánimo que nos dijo Tomás (gran teclista y mejor persona, de The Fractal Sound) antes de saltar al escenario ese 18 de febrero. No recuerdo las palabras exactas, pero la idea es que hemos conseguido, haciendo lo que nos da la gana en el escenario, gustar a alguien, y la gente ha venido a vernos hacer lo que nos apetece, y por ello somos unos privilegiados.
Como una especie de posdata, diré que la fiesta post-demoscópica, en el “Candy Warhol” fue divertidísima. Grande Fernando, grande.
Bueno chicos, esta ha sido mi primera entrada, espero no haber estado demasiado extendido, y que os haya servido para ver la vida desde los ojos de un humilde Mauro Albero.